Un mar rojo teñido de sangre que sin pudor fue derramada y lleno de miradas esquivas y abandonadas.
Ahora empieza mi trabajo, mis tareas, para empezar de nuevo con mi vida, para comenzar de nuevo los cimientos de mi casa. Mientras tanto...
cierro de golpe la puerta a cada tormenta, deslizo la cortina que me separa de ti y del mar, esquivando viejas heridas voy buscando las cerillas...
para poder alumbrarme...
en esta solitaria noche, con esta solitaria luna y
en estas incandescentes cuatro paredes que transmutan en arenas movedizas
para querer darte tu único fin en mi, convirtiéndote en ¿ceniza?.
7 comentarios:
Bueno, otra "entrega" del episodio más angustioso de mi joven vida.
Aquí agonizaba y me cuestionaba el sentido de la vida, de la realidad...
A la vez que escribía esto lloraba...era triste...muy triste...
por eso, originalmente el poema se llamó Qué Triste.
Saludos y abrazos!!!!
Bueno, cuando se cierran etapas hay vértigo y tristeza! normal...
Un beso!
Es duro recordar esos momentos... no?
Un fuerte abrazo!!!
Eso es arte. Y lo demás, tonterías.
¿Ceniza¿ ...Polvo....
Besos
;-)
Me alegra saber que eso es pasado.
Un beso.
Un beso Belén!!!!!!!!
Modesto, siempre es duro recordar, pero esta historia es demasiado paradójica...ya os contaré en la siguiente entrega xD abrazos!
Truman Cipote, un privilegio para mí tus comentarios. Saludosss
María...maría, maría...polvo...de ceniza o de amor???? jejeje un besoooo!!!!!!
Belita, gracias por comentar, un beso muy grandee!!
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