domingo, 18 de noviembre de 2007

Tristeza Perdida II Parte



Un mar rojo teñido de sangre que sin pudor fue derramada y lleno de miradas esquivas y abandonadas.

Ahora empieza mi trabajo, mis tareas, para empezar de nuevo con mi vida, para comenzar de nuevo los cimientos de mi casa. Mientras tanto...

cierro de golpe la puerta a cada tormenta, deslizo la cortina que me separa de ti y del mar, esquivando viejas heridas voy buscando las cerillas...

para poder alumbrarme...

en esta solitaria noche, con esta solitaria luna y

en estas incandescentes cuatro paredes que transmutan en arenas movedizas

para querer darte tu único fin en mi, convirtiéndote en ¿ceniza?.

7 comentarios:

Navarro dijo...

Bueno, otra "entrega" del episodio más angustioso de mi joven vida.
Aquí agonizaba y me cuestionaba el sentido de la vida, de la realidad...
A la vez que escribía esto lloraba...era triste...muy triste...
por eso, originalmente el poema se llamó Qué Triste.
Saludos y abrazos!!!!

Belén dijo...

Bueno, cuando se cierran etapas hay vértigo y tristeza! normal...

Un beso!

Yamil dijo...

Es duro recordar esos momentos... no?
Un fuerte abrazo!!!

Aurora dijo...

Eso es arte. Y lo demás, tonterías.

Unknown dijo...

¿Ceniza¿ ...Polvo....


Besos


;-)

Etèria dijo...

Me alegra saber que eso es pasado.

Un beso.

Navarro dijo...

Un beso Belén!!!!!!!!

Modesto, siempre es duro recordar, pero esta historia es demasiado paradójica...ya os contaré en la siguiente entrega xD abrazos!

Truman Cipote, un privilegio para mí tus comentarios. Saludosss

María...maría, maría...polvo...de ceniza o de amor???? jejeje un besoooo!!!!!!

Belita, gracias por comentar, un beso muy grandee!!