Tristeza perdida I Parte

Voy aspirando las últimas caladas de la noche,

agitando el contenido de mi vaso.

Suspiro una vez más, y arranco el coche.

Ya no queda gente, y me marcho.

Dando vueltas al tarro, conduzco.

No se me quita de la cabeza,

porque soy muy tozudo, y a

veces decrece mi esperanza.

Una noche con una sola ambición,

la de tenerte entre mis brazos,

y resguardarte de los primeros

rayos de sol.

“Salgo a pasear y caigo muerto...”

Al amanecer recuerdo tu huida,

y entristezco reclamando ayuda,

tumbado en la arena,

me sumerjo en una idea.

Fuiste capaz de conseguirme,

y llegaste a seducirme,

para luego hundirme,

y abatirme en tierra firme.

Salgo a pasear...

De mi boca ya no salen palabras,...

me envenenaste con tus caricias,

y mis ojos ya no ven lo mismo,

porque me los embrujaste con tanto mimo.

“Salgo a pasear y voy dando tumbos...”

El golpe fue muy duro...

Calló tu voz, oigo tu silencio,

y callo lleno de hastío,

y con un suspiro, tus pasos

se borraron detrás de los míos.

"Sigo recordando, esos pasos..."

Las huellas se me desvanecen,

sin poder gritar,

sin poder escapar,

ni apenas llorar.

“Nathalie”, susurro...

No contesta, apenas se le escucha,

Vive, pero detrás de mi sentimiento,

Muere, en mis palabras.

Nace en el olvido.