jueves, 4 de octubre de 2007

La pelota roja tiene la culpa

Rumbo al piso, abro la puerta principal y subo escaleras arriba.
Lanzo repetidas veces la pelota contra la pared, una y otra vez.
Me siento en sofá siguiendo con la rutina de tirar la pelotita.
Y de pronto, agarro un folio, un bolígrafo y anoto.

He tenido una idea

y no se me va a escapar.

La maquillo, la observo, la destripo en estribaciones, en diferentes raíces.



Me guardo la esencia, la valoro, y no la abandono.




Esta mañana he vuelto al piso mientras que las calles y aceras lloran de júbilo.


Donde me envuelve un ambiente etéreo encasillado en cuatro paredes,

mientras sigo mancillando y esbozando mi idea en una representación,



de letras, de palabras, de conjunciones armónicas, de deseos de factibilidad, de ansias de innovar emprendiendo.

Siento las cosquillas en mi barriga.

Es un camino harto complicado.

pero algo, es ALGO.

2 comentarios:

Luni dijo...

¿Tu estas seguro de que te se han acabado los cereales?

jooooo, dame joooooo!!
jajajaja
Muám

Belén dijo...

Si es que las pelotas para los gatos... se pierden se pierden!!!!

:))))))

Besos!