Rumbo al piso, abro la puerta principal y subo escaleras arriba.
Lanzo repetidas veces la pelota contra la pared, una y otra vez.
Me siento en sofá siguiendo con la rutina de tirar la pelotita.
Y de pronto, agarro un folio, un bolígrafo y anoto.
He tenido una idea
y no se me va a escapar.
Lanzo repetidas veces la pelota contra la pared, una y otra vez.
Me siento en sofá siguiendo con la rutina de tirar la pelotita.
Y de pronto, agarro un folio, un bolígrafo y anoto.
He tenido una idea
y no se me va a escapar.
La maquillo, la observo, la destripo en estribaciones, en diferentes raíces.
Me guardo la esencia, la valoro, y no la abandono.
Esta mañana he vuelto al piso mientras que las calles y aceras lloran de júbilo.
Donde me envuelve un ambiente etéreo encasillado en cuatro paredes,
mientras sigo mancillando y esbozando mi idea en una representación,
de letras, de palabras, de conjunciones armónicas, de deseos de factibilidad, de ansias de innovar emprendiendo.
Siento las cosquillas en mi barriga.
Es un camino harto complicado.
pero algo, es ALGO.
2 comentarios:
¿Tu estas seguro de que te se han acabado los cereales?
jooooo, dame joooooo!!
jajajaja
Muám
Si es que las pelotas para los gatos... se pierden se pierden!!!!
:))))))
Besos!
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