La vecina

Ayer no pude escribir porque la vi.
La vi a ella, a mi vecina, a través del cristal. Desnudándose lentamente (¿para mí?).
La vi hablando por teléfono a gatas en la cama y se me empalmó al imaginarme la supuesta conversación...

- si cariño, acabo de llegar ahora mismo a casa...
- ...no tranquilo, cuando llegues estaré aquí...

Y mi imaginación llegaba hasta su habitación en el mismo momento que decía eso, para lamer el coño de mi vecina. Estaba y está buenísima y dicen que está casada.

Se disponía a darse la típica ducha. Y yo me transformé en gotas de agua para recorrer cada poro de su cuerpo, para acariciar y absolver cada rincón de su piel desnuda.

Luego fue la cena, pero no por eso se vistió. Seguía paseando desnuda (¿para mí?) y comiendo trozos de mi polla. Porque mi polla, era comida, comida que ella se llevaba a la boca...

Acto seguido se recostó en el sofá...mi imaginación no daba para más y fui a verla de cerca.

Silenciosamente permanecí frente a su ventana, aún todavía con la mano reventada y la polla amoratada.



Y la vi, ahí, allí...acariciándose sus senos y frotándose su Punto G.
Fue cuando exploté.
Mi semen rebotó por encima de mis pantalones para caer precipitadamente al frío suelo de la calle.

Mi ombligo parecía un túnel inundado
y ella...me vio...frente a su ventana...
donde ella también, SE CORRIÓ.

Desde entonces, tengo la mano hecha polvo...