Lo despedí con la mano antes de entrar al portal de mi casa, y fue entonces cuando se marchó. Rebusqué en el bolso hasta encontrar el móvil, que ya estaba vibrando sin parar...
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Nos fuimos lejos, muy lejos, en la oscuridad de la noche y en su coche. La luna parecía mirarnos con ternura, mientras que el viento dibujaba en mis cabellos una espiral de deseo y éxtasis.
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De un zarpazo me quitó la ropa que enredaba mi cuerpo, con la boca, con las manos, con la lengua, en dos segundos quedé desnuda frente a él.
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Mientras que mis ojos lo desnudaban, mis manos recorrían mis senos, mis dedos las entrañas más profundas y candorosas de mi cuerpo...
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Y fue entonces cuando sucedió mi primer orgasmo, mi primera vibración sin ni siquiera penetrarme, me fuí inconteniblemente, y desahogadamente grité, gemí de placer y locura.
Sigo gimiendo como cual loba aulla en la noche, me estremezco en cada orgasmo simultáneo que provoca tu polla dentro de mi coño...
!Quiero más, coño, no pares! Te la corto si lo haces, quiero sentirte dentro, !no pares! quiero que toques fondo y no pares nunca de darme!!!
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El sol disipa la luna mientras que mi mente navega en un mar a la deriva,
y nos damos un beso de despedida...
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De nuevo, vuelvo al portal de bienvenida.
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